Entradas

Saber y decir que sabes

Existe una notable diferencia entre decir o pensar que sabes hacer algo y hacerlo realmente. Veamos esta diferencia con un ejemplo: en España hay mucha gente que sabe jugar al fútbol, pero solo sentados desde el sofá. Desde esta comodidad habrán jugado miles de partidos, pero dudo mucho que ninguno de ellos haya tocado un balón desde sus años mozos.

Esto nos pasa con muchas cosas, creemos que sabemos hacer algo porque pensamos en cómo se hacen las cosas, pero esto es muy diferente a ponerse a hacer las cosas.

972456No es lo mismo saberte la receta de la tortilla de patata, que ponerte a hacer una tortilla y notar que al pelar las cebollas te lloran los ojos, que al echar las patatas te puede saltar el aceite, o que en momento crítico de darle la vuelta a la tortilla se te puede caer al suelo. Todas estas son sensaciones que no se tienen cuando se piensa en la receta. Ahora bien, la cuestión es quién es el valiente que se mete en la cocina y hace la tortilla.

 

 

 

656114Hay quien dice “saber” hacer las cosas, pero en realidad lo que saben es el “cómo” se hacen las cosas. En realidad son dos tipos de saberes diferentes. No creo que los niños que se ponen a jugar al futbol en un campo perdido de África sepan ninguna teoría o técnica de futbol, y sin embargo pueden llegar a jugar perfectamente. En ocasiones un tipo de saber complementa al otro, y en ocasiones uno puede prevalecer sobre el otro.

Sin embargo, para mí, es en el hacer donde se encuentra el aprendizaje, no en el inmovilismo. En el hacer se encuentra la duda, el “error”, las posibilidades de mejora, el crecimiento… Es la teoría puesta en acción. Y no sirve de nada, o sirve de relativamente poco o para otras cosas, la experiencia de otros. Es tu propia experiencia la que te hará crecer.

¿Y qué ocurre si llevamos esto a otros ámbitos? Puede que sepas muchas cosas, que tengas mil ideas en tu cabeza, pero si nunca te metes en la cocina, nunca serás capaz de hacer una tortilla.