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Gestión de la incertidumbre. Preocupaciones

Pues la verdad es que los hacemos regular, o por lo menos yo tengo un amplio margen de mejora.

Desde que comenzamos el colegio aprendemos a analizar lo que nos ha ocurrido y a programar lo que sucederá,991804 y estamos continuamente haciendo trabajar a la mente en este sentido. Esto está muy bien para preparar un viaje, hacer la compra o para saber cuándo cruzar un semáforo; pero esta técnica no es muy buena para gestionar preocupaciones, dudas, o cuestiones de otra índole. Porque en estos casos lo que hacemos es pensar y repensar  todas las posibilidades, una y otra vez, hasta conseguir tener un buen dolor de cabeza.

Así que parece que e>sta no es la forma óptima de encontrar una respuesta. La razón es que hemos aprendido a pensar de una manera determinada, y lo que al final hacemos es volver a las preguntas de siempre y obtener las mismas respuestas.  Nuestro cerebro transita una y otra vez los mismos surcos, esto hace que cada vez recorramos con mayor habilidad esos caminos, cual hámster en una rueda, aunque con los mismos resultados de siempre. De todo esto se encarga nuestro cerebro analítico, que hay quien dice que está alojado en el hemisferio izquierdo (aunque según recientes estudios la cosa no está tan clara).

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Por suerte, parece que hay una tercera opción, la de crear nuevos pensamientos, nuevos surcos en nuestro cerebro que nos lleven a nuevas respuestas. Para esto debemos dejar entrar en el juego a un nuevo participante: nuestro cerebro creativo e intuitivo (que hay quien lo relaciona con el hemisferio derecho) y que no suele estar muy explotado. Para empezar a utilizarlo,  el primer paso es activar la confianza en nosotros mismos y en nuestra capacidad para encontrar las respuestas. El siguiente paso es orientar nuestra atención a cosas nuevas (conversaciones con amigos, libros, películas,…), a través de las cuales puede llegar la respuesta, es decir, aunque parezca contradictorio, dejar de buscar la respuesta. Y el tercer paso, y más importante sin duda para mí, consiste en dejar de controlar a nuestro ego, que es lo que le encanta al cerebro analítico.

947419Yo recuerdo que cuando estudiaba la carrera y tenía que hacer un problema que no sabía cómo resolver, lo dejaba en barbecho y me olvidaba de él; y de repente me venía a la cabeza la forma de hacerlo (a veces en mitad de una comida, para mosqueo de mi madre) y me tenía que levantar corriendo para apuntar cómo resolverlo. En la carrera a este tipo de problemas los llamábamos de «idea feliz», por algo será…

Conclusión, que nuestro cerebro analítico lo tenemos sobre explotado, mientras que la parte encargada de la creatividad, la imaginación, la intuición, etc… está en paro. Y es esta parte la que realmente nos puede ayudar a encontrar soluciones y hacer nuestra vida un poco más feliz. Así que te invito a darle un poco de trabajo para que no se atrofie.

Hace unos días mi madre tuvo un amago de angina de pecho a eso de las cuatro de la mañana. Yo esa noche no dormí nada bien, y a esa misma hora me desperté muy nerviosa. Intenté dormirme, pero nada, y estuve dando vueltas hasta que sonó el despertador y entonces  fue cuando me dormí…Así que llegué tarde al trabajo.

Posiblemente a otro nivel de conciencia sabía que algo no iba bien (no es la primera vez que me pasa esto), y cuando me dormí y me levanté tarde estuve a punto de cruzarme  con mi madre que iba al hospital. Algo en mí me estaba diciendo que estuviera atenta.

122128395Tal vez no lo sepas, pero todos nosotros somos capaces de percibir muchas más cosas de las que somos conscientes. Hay quien es capaz además de procesar esa información y traducirla. A esto se le llama intuición, sensibilidad, sexto sentido…

Cuando dejamos trabajar a la intuición podemos recibir una información nueva y maravillosa. Pero muchas veces no sabemos que sabemos cosas, básicamente porque esta información no es procesada por nuestra mente consciente; aunque sí por nuestra mente incosciente.

Hay quienes tienen más desarrollado este «sexto sentido», pero también es posible aprender y desarrollar esta habilidad. Una de las cosas fundamentales para poder hacer esto es dejar de pensar, o más bien, dejar de racionalizar la información que te está llegando; y tomarlo como un juego, ¿qué querrá decir esto? Y estar atento.

Yo tengo la suerte de ser muy sensible a esta otra información, pero no siempre soy capaz de procesarla, como en esta ocasión. A veces esta información me llega a través del cuerpo: me siento nerviosa,  me duele la espalda, tengo  un nudo en el estómago…; y otras veces, simplemente me siento inquieta emocionalmente y sé que algo está sucenciendo o va a suceder (esto no puedo explicarlo más).

477330189¿No os ha pasado alguna vez que tenías una lucha entre lo que estabáis pensando y lo que estabáis sintiendo y cuando habéis hecho caso a lo que sentiáis ha salido bien? Pues a mí sí. Ha habido veces que sabía que si iba a algún sitio iba a pasar algo fuera de lo previsible, y efectivamente así ha sido.

 

La cuestión es que para hacer caso a esto hay que ser, cuanto menos, un poco valiente, porque corres el riesgo de que te tomen por loco; pero también es cierto que la vida es un juego de locos. ¿Estás dispuesto a jugar?