La práctica de Mindfulness para profesores cada día es más necesaria, tanto a nivel personal como profesional.
Poco a poco se va implementado también la práctica de Mindfulness en las aulas, bien a través de programas estructurados o bien a través de pequeñas prácticas (formales e informales) que se realizan a lo largo de la jornada.
Pero para poder llevar estas prácticas a las aulas es fundamental que los profesiones tengan una experiencia previa y que se sostenga bajo una serie de principios y habilidades.
En este artículo voy a hacer referencia a los principios expuestos por Greenlad (2010), que junto a las competencias que expone Crane et at. (2012) para la enseñanza de Mindfulness considero que son las bases para construir y transmitir qué es Mindfulness.
1. Motivación
Los contextos educativos donde se desarrolla Mindfulness son muy variados, y las motivaciones pueden ser diferentes para la dirección del centro y los profesores.
Sin embargo, es fundamental que los profesores conozcan cuáles son las motivaciones de los centros para implementar Mindfulness. Si no existe una alineación entre los objetivos de unos y otros, corremos el riesgo de establecer las prácticas de Mindfulness como una rutina más, sin darle un sentido que va más allá.
Definir cuáles son los objetivos que se quieren alcanzar y que los profesores e instructores los hagan suyos marca la diferencia a la hora de guiar y enseñar Mindfulness.
Algunos estudios cualitativos hablan de que existe diferencia en los resultados que se obtienen cuando un instructor de Mindfulness tiene integrada la práctica que cuando no lo hace.
2. Perspectiva
Aunque Mindfulness tenga un origen en tradiciones contemplativas es importante no perder la perspectiva y tener claro que la enseñanza de Mindfulness debe hacerse con una perspectiva laica.
3. Sencillez
La sencillez es la base de las prácticas. Utilizar un lenguaje sencillo y cercano y que se adapte a las diferentes edades.
A veces se busca hacer cosas complicadas cuando realmente las prácticas más sencillas son las que mejores resultados dan.
Y en este sentido me gustaría matizar la diferencia entre sencillez y dificultad. Que una práctica sea sencilla en sus indicaciones no quiere decir que sea fácil en la práctica.
Una practica tan «tonta» como mantener la atención en la respiración puede ser complicada en algunos momentos.
4. Juego y diversión
Si se trabaja con niños, es importante practicar Mindfulness mediante el canto, el baile, la risa o los juegos, para que así las prácticas puedan resultar atractivas.
Todos sabemos de que el mejor aprendizaje se produce a través del juego y la diversión. Así que, ¿por qué no utilizarlo también en Mindfulness?
5. Integración
Como ya he comentado en otras ocasiones cuando hablo de las prácticas de Mindfulness, en Mindfulness hablamos de las prácticas formales y la informales.
Las prácticas informales son aquellas que se integran en las actividades cotidianas. No consiste en hacer actividades diferentes en sí mismas, pero sí hacerlas con una intención y de una manera (prestando otro tipo de atención).
6. Colaboración entre todos los profesionales de Mindfulness
Cada día más existen más centros que implementan Mindfulness en las aulas. La colaboración entre todos ellos permite crear «grupo» con el mejorar y motivar a continuar incorporándolo y manteniéndolo en los centros.
Introducir estas prácticas de manera individual puede convertirse en un arduo trabajo. Sin embargo, cuando se cuenta con el apoyo de un grupo de profesiones que siguen la misma dirección, el camino se hace más sencillo.
7. Estrategia
En la línea con el anterior punto, establecer una estrategia global a nivel institucional, ayudará mucho a la mejora en el ámbito de la investigación y la implementación en los centros.
Más allá de lo dicho anteriormente, debemos recordar que la enseñanza de Mindfulness no es meramente una cuestión instrumental o técnica. Mindfulness tiene más que ver con la experiencia y cómo nos relacionamos con la experiencia, y la mejor forma de transmitir esto es a través del ejemplo propio.
Mindfulness tiene que ver con cómo te relaciones con la experiencia. Y la mejor forma de transmitirlo es a través del ejemplo.
Por ello, la práctica de Mindfulness para los profesores es fundamental, más allá de conocer las cuestiones teórica.
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